sábado, 3 de julio de 2010

DESDE INGLATERRA: National Gallery

Un recordatorio de mi visita a la National Gallery, donde siempre que voy desgasto un par de zapatos. Como no se trata de mostrar todos los cuadros que me emocionan de este museo, que son cientos, os dejo la imagen de tres de ellos, cuyo valor artístico, percibido a través de su color y composición, y esa otra dimensión que escapa al entendimiento, me sobrecoge y me anima a continuar soñando con nuevos horizontes en mi pintura.

Sólo contemplándolas en persona podemos sentir los mágicos efluvios que se desprenden de las obras maestras.

Jan Van Eyck, El matrimonio Arnolfini, 1434.

Díptico de Wilton, documentado hacia 1390-1395.

Giovanni Bellini, El Dux Leonardo Loredan, 1501-1504.

Y en esta foto, yo misma al pie de la National Gallery, como personaje de una pintura renacentista. Saludos.

5 comentarios:

  1. Adoro
    o
    Renascimento

    obrigado
    pela
    opurtunidade
    até breve

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  2. Oh, qué bellezas, Isabel, qué placer contemplarlas, tenerlas tan cerquita de mi blog. El primero forma parte de "mí" desde mi más tierna infancia, alucinaba mirándolo una y otra vez en un libro grande con láminas de pintura que tenía mi padre. El segundo me fascinó cuando lo descubrí por el portentoso juego de azules de la segunda parte del díptico, y el tercero, ¡¿qué decir sobre un retrato de Bellini? ¿has visto que expresión y ese tacto de la seda, ese azul tan frío en el fondo, todo en él emana casi hieratismo y frialdad, arrogancia de príncipe, que sin embargo comprendían su necesidad del Arte como valor cualitativ o y cuantitativo de su poder ...en fin, vellos de punta. Muchas Gracias.
    Al ver tu foto lo he pensado y después he leído tu comentario en el que dices lo mismo que pensaba, :)))
    Un abrazo grande. Me alegra mucho verte

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  3. Hola Sofía, sí sí, qué bellezas. Cuando entré en la sala donde está colocado El matrimonio Arnolfini, y me situé delante del cuadro, me entró un llanto convulsivo, inexplicable. Un cuidador con cara, el pobre, entre aburrida y sorprendida, me miraba, así que tuve que reprimirme un poco. Me pasó algo parecido, el año pasado, al contemplar un maravilloso retrato de Modigliani. Así es la vida. Un beso, ya desde este caluroso Madrid.

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  4. Hola Skizo, muchas gracias por entrar tan a menudo en Comentarios y dejarme tu bello y sonoro lenguaje.

    Sí, el Renacimiento no tiene límites, cada vez que se estudia a un artista de la época es un descubrimiento. Un abrazo, Isabel

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  5. Te entiendo con eso del llanto convulsivo al estar delante del matrimonio Arnolfini, Isabel, de verdad. Me ha sucedido "a menudo" pasar por ese estado al contemplar determinadas maravillas creadas por el hombre. Compartimos muchas cosas.
    me alegra de tenerte de vuelta..vaya caló, ¿eh?, :)
    Un abrazo
    por cierto, ¿has visto la de Turner en el Prado?

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