En mi deseo de expresar sensaciones sobre los días y los aires del paisaje que me ocupa en estos momentos, me ha salido este último cuadro. Luces cambiantes y formas que se rompen ante la vista casi sin percibirlo.
Sombras del Otero, Óleo sobre lienzo, 55x46 cm, 2010
El Otero es un monte redondeado que en verano despide las últimas luces del atardecer. Se destaca contra una masa arbórea, un hayedo lejano en sombra, oscuro e impenetrable.