MI OBRA: Descubrir el paisaje

Casa y cuatro árboles, 71x65 cm, Témpera sobre papel hecho a mano, 2008.

Esta es la casa y el paisaje que aparecen en algunos de mis cuadros. Son dos motivos que me sugieren siempre nuevas interrelaciones entre planos y colores.

El título de esta composición, Casa y cuatro árboles, surgió en el proceso de trabajo, después de pintar el árbol junto a la casa, cuando para crear sensación de profundidad dibujé otro árbol en primer plano y un tercero al fondo, de color rojizo. El cuarto árbol lo pinté semiescondido, al costado izquierdo de la casa.

MI OBRA: Descubrir el paisaje

Nacimiento de la luna, 36x50 cm, Témpera sobre papel hecho a mano, 2008.

Al anochecer las fachadas de las casas comienzan a recibir la luz cálida de las farolas. Al fondo aparece la luna iluminando con su luz fría los perfiles de las montañas.

En Nacimiento de la luna he querido reflejar el contraste que producen estos dos tipos de luces.

MI OBRA: Descubrir el paisaje (11)

Amanecer gótico, 36x50 cm, Témpera sobre papel hecho a mano, 2008.

Algunas pinturas góticas están resueltas con una luz irreal, subjetiva, fruto de la sensibilidad de los pintores de aquélla época. En Amanecer gótico han confluido dos experiencias: el estudio intenso del arte Gótico y el trabajo concentrado hasta el amanecer.

He tapizado este cuadro con colores que he visto en muchas representaciones góticas: carmines, azules brillantes, blancos, violetas, verdes y negros.

MI OBRA: Descubrir el paisaje (10)

Luna sobre Palombera, 36x50 cm, Témpera sobre papel hecho a mano, 2008.

Luna sobre Palombera está compuesto a base de retazos que contienen los elementos más representativos de Canseco: casas, árboles, montañas, tierra, cielos nocturnos, amaneceres y cierzo. He deconstruido el espacio buscando simbolizar la fuerza con que todos estos elementos interactúan en Palombera, el barrio más alto del pueblo, a la hora en que sorpresivamente la luna aparece por el vértice entre dos montañas.

MI OBRA: Descubrir el paisaje (9)

Primeras luces, 36x50, Témpera sobre papel hecho a mano, 2008.

La luna y los espacios abiertos me atraen por su misterio y sensación de infinito. La luna es un testigo impasible, vigilante y bondadoso. La que preside todo. Y los espacios abiertos me hacen sentir libre y confiada.

Estas percepciones son la principal motivación de Primeras luces. Pero hay elementos en el cuadro que también me sugieren sensaciones poderosas: la masa arbórea detrás del prado semeja una cúpula vegetal que acoge una bullente vida en su interior: la Gran Madre.

El arbolito solitario y recio representa la fuerza la juventud. La niebla blanquecina a la derecha y el árbol rojizo asomado a la izquierda aparecen como los entes protectores que nos acompañan siempre.

MI OBRA: DESCUBRIR EL PAISAJE (8)

Juego entre casa y árbol, 65x45 cm, Témpera sobre papel hecho a mano, 2008.

El paisaje situado enfrente de mi casa ha sido motivo de inspiración para algunos cuadros de mi serie sobre Canseco, entre otros La casa verde, Vértices, Casa y cuatro árboles, y Amanecer gótico.

La casa solitaria en medio del camino rodeada de montes, prados y árboles me hace evocar imágenes que ilustraban mis lecturas infantiles. En Juego entre casa y árbol he intentado crear un diálogo entre naturaleza y construcción humana, como el que se establece en los relatos de fábulas.

MI OBRA: DESCUBRIR EL PAISAJE (1)

Dos luces, 50x36 cm, Témpera sobre papel hecho a mano, 2008.

Una tarde húmeda y nublada de otoño salí con mi cámara en busca de imágenes para mis cuadros. El fuerte viento desplazaba las nubes, y los rayos de sol se filtraban a través de ellas iluminando pequeñas extensiones de terreno, dejando el resto del paisaje en suave penumbra. El espacio se teñía de oro durante breves segundos.

A partir de las tomas fotográficas y los apuntes que realicé “in situ” inicié el proceso creativo de una serie de cuadros, de los que forma parte Dos luces.

MI OBRA: DESCUBRIR EL PAISAJE (6)

Últimas luces, 50x36 cm, Témpera sobre papel hecho a mano, 2008.

Canseco está situado en un pequeño valle en forma de triángulo, con una orografía predominantemente rocosa. Al sur se eleva el macizo montañoso del Bodón, y delante de éste una serie de montañas con formas espectaculares, más próximas al pueblo. Al pie de estas montañas hay un monte y sobre el monte, la iglesia y el cementerio.

Desde los caminos del lado opuesto del pueblo observo este conjunto. Al atardecer, los últimos rayos del sol envuelven los perfiles de sus infinitas formas creando una atmósfera de misterio y plasticidad.